Cuadro de Remedios Varo
En primer lugar, la causa o causas del autismo
(yo prefiero hablar de propósito más que de causa), son desconocidas y todo son
especulaciones. Digo “propósito” porqué toda enfermedad o síntoma tiene un para
qué, más que un porqué.
Claro que se habla de la intoxicación por
metales pesados, provenientes de las vacunas, como ya apuntaba el Dr. Wakefield
en sus investigaciones que relacionaban autismo y vacunas.
Pero también hay autistas no vacunados, y
también hay metales pesados en la atmósfera como consecuencia de las
fumigaciones de los programas de geoingeniería, estudiados por científicos como
Marvin Herndon, que identifican, entre otros, grandes cantidades de aluminio,
un conocido neurotóxico, al que también se le atribuye el enorme aumento en la
tasa de Alzheimer, por ejemplo.
Pero esto es mirar el tema desde una perspectiva mecanicista y materialista. Un tóxico externo se acumula en el sistema nervioso y produce una condición denominada autismo. No lo niego ni lo afirmo, pero como dice Patrick Quanten, hemos de abrir la mente pare entender algunas de las cosas que están sucediendo en el mundo actualmente, en relación a la salud.
Y abrir la mente quiere decir mirar más allá de
lo conocido: que una causa identificada (metal pesado) produce una enfermedad
por intoxicación.
Yo veo este tema mucho más complejo. Si fuera
así solamente, todos estaríamos afectados por estos metales pesados, de la atmósfera, o todos los vacunados serían autistas. Pero en salud siempre todo
tiene muchos factores a contemplar.
Por otro lado, no creo que existan autistas
verdaderos y otros que no.
Los diagnosticados no tienen ningún carnet que
los confirme porqué hayan pasado por el filtro de unos especialistas que
generalmente, se basan en protocolos impuestos desde un sistema hegemónico y
bastante limitado. No es ninguna garantía de nada haber sido diagnosticado por
un especialista de una medicina estrecha de mente.
Sí que hay, en cambio, diferentes grados de la
condición de autista y diversidad de manifestaciones debidas a la
individualidad de las personas que lo padecen. No olvidemos que no hay
enfermedades sino enfermos.
Como apunta el ex-Dr. Quanten, antes que nada,
hemos de abrir la mente y buscar otras posibilidades. Y yo coincido con él en
que los autistas, los hiperactivos o etiquetados de TDAH, etc. son seres que
llegan en este momento al planeta para destruir, romper y cargarse este sistema
obsoleto, como ya explico en mi libro “Pediatría para los Nuevos Niños”.
Obsérvese como cada vez hay más fracaso escolar,
no porque los niños sean incapacitados o inferiores intelectualmente, sino
porqué hay que destruir el sistema desde dentro (a lo caballo de Troya) y con
esta estupenda actitud taoísta, llamada Wu–Wei, o no actuar. Es lo más eficaz.
Y lo mismo que en la escuela, en otros ámbitos como la salud o la familia.
Los autistas son verdaderamente un misterio
para todos y suelen tener una gran hipersensibilidad y altas capacidades (sean
o no diagnosticados o etiquetados) con las que ya vienen al mundo, ya las trae
su alma de serie, no las adquieren.
Otra cosa es que les podamos apoyar o ayudar a
transitar por esta densidad nuestra que les pesa demasiado, pero esto es
diferente, es como ayudar a nadar a alguien que de repente se tira al agua sin
saber, porqué no es su medio.
Creo que el problema con las personas de
espectro autista es intentar cambiarlos, etiquetarlos y patologizarlos.
Generalmente si su entorno próximo hace un
trabajo de introspección se dará cuenta de que tal vez les están diciendo que limpien
todo lo que les sobra, que afronten sus heridas, sus miedos, su programación y
creencias, y entonces podrán comprender mucho mejor a su “autista” y a sí
mismos. Pero hay aún muchas personas que no son capaces de entender este
enfoque.
Hay algo, no obstante, que me parece
inquietante en este tema. Ha surgido últimamente una corriente de personas que
no quieren ni oír hablar del autismo como enfermedad, asociaciones que salen en
los medios masivos de comunicación o que se dedican a “trolear” o sabotear
movimientos de medicina natural, por ejemplo, con actitudes muy agresivas.
Según todo parece indicar, están generosamente
financiados por intereses oscuros. Así que confunden su tesis con esta otra que
el Dr.Quanten o yo misma suscribimos, que el autismo no es una enfermedad. Y
aún soy incapaz de entender las intenciones de esta gente, que por supuesto,
demuestran un pobre nivel humano y ético y que tal vez están trabajando desde
sus egos heridos, situación que aprovechan quienes los financian.
Así que en resumen, el autismo es un reto
social para la humanidad, que nos debe abrir la mente y sobre todo el corazón,
creo que esto último es lo que ellos pretenden aunque no lo sepan comunicar,
que la humanidad actúe desde el corazón.
Tal vez cuando esta apertura de corazón, que
se traduce en un aumento de la frecuencia vibratoria, se haya instaurado en
nuestro medio, podrán mirarnos a los ojos abiertamente y ya no se contemplaran
como humanos defectuosos, sino como guerreros de luz que han llevado a cabo una
difícil y necesaria misión.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada