Laura
Esquivel es una de mis escritoras preferidas.
Cuando
digo escritoras en femenino me refiero tanto a mujeres como a hombres. He de confesar
que me llega más la literatura escrita por mujeres en general, aunque no todas,
claro.
Acabo
de terminar su novela “Mi negro pasado”, la tercera de la saga que comenzó con
la famosísima y maravillosa “Como agua para chocolate”.
Una
vez más, constato con agrado su sabiduría como escritora. Tiene la virtud de
filtrar mensajes, ideas y denuncias en pequeñas dosis, entretejidas en la trama
de la novela.