dimarts, 8 de setembre del 2020

EL FRACASO DE LA FALSA CIENCIA

 Nos pretenden hipnotizar y distraer con complejas técnicas y protocolos de laboratorio o valoraciones numéricas estadísticas, que nada tienen que ver con la salud humana o de cualquier ser vivo. Hay que decir que esa pretensión la consiguen en mucha gente, que se la cree, sin discernir ni analizar críticamente la información.

Existen pocos laboratorios de tan alto nivel que puedan sacar conclusiones veraces sobre los llamados virus. Hay bastantes más que puedan observar y experimentar con microorganismos vivos, como bacterias, protozoos, hongos. Pero todos ellos no hacen nada más que experimentar, observar y concluir lo que sucede “in vitro”. Es decir, fuera de un cuerpo humano.

Además ahora, con todas las herramientas informáticas, pueden analizar secuencias, larguísimas y complicadas de letras, o nucleótidos de material genético (por eso interesa tanto promocionar la genética como la próxima técnica invasiva y falaz de la salud), y con eso aún abundan más en dar pábulo y oropeles a sus afirmaciones, las de esa que se hace llamar ciencia, pero no lo es.

Así, informática y genética se han constituido en los mayores avales de esa falsa ciencia. Y fijaros que curioso que en realidad una y otra son muy parecidas, son paquetes de información.

¿Y que son los virus? Material genético que porta paquetes de información. Todo ello muy difícil de evidenciar para cualquiera que no tenga esos instrumentos, que como son pocos, son más fáciles de controlar.

Por lo tanto nos pueden hablar, explicar, decir, cantar…lo que quieran,  y el pueblo - a través de otras herramientas de información, que son todos los medios de comunicación masiva, en manos de unas pocas corporaciones controladoras - recibe el mensaje que las elites mundiales, nos quieren hacer llegar.

Todo es información y poco o nada, evidenciable por el humano común. Todo es virtual, presunto o probable.

Estos laboratorios, sean aparantemente científicos o estadístico-epidemiológicos, como decía, están en manos de unos pocos y siempre tienen por encima alguien que les manda. O sea, no son independientes ni se pueden expresar con libertad.

Todos ellos necesitan financiación para funcionar. Privada o pública, pero dinero contante y sonante para salir adelante y conservar los puestos de trabajo.

Y los financiadores casi siempre tienen intereses en los resultados. No voy a entrar en la “farmafia”, por todos conocida, o las industrias de material médico, test, etc. Pero los gobiernos también son parte de este entramado corrupto que ensucia cualquier intento genuino de saber la verdad, creando los sabidos conflictos de intereses. Los lobbys de poder se encargan muy eficientemente de manipular a todo tipo de instituciones de gobierno para conseguir lo que quieren.

En resumen, la gran mayoría de laboratorios o emisores de información sobre salud, tienen conflictos de intereses y aunque sus trabajadores quisieran desvelarlo, tienen la boca bien tapada. Excepto los pocos valientes, en los cuales pesa más su conciencia que la seguridad económica.

Por lo tanto hay un secuestro de la información y una manipulación de esta, que se divulga a gusto de los, por poco tiempo, amos del cotarro, para seguir su intento de hipnosis general.

Todos estos números fríos que nos regalan cada día, o los experimentos y análisis de laboratorio “in vitro” no son extrapolables a lo que sucede “in vivo”, dentro de un organismo humano.

Hay elementos, factores, condiciones muy distintos in vitro que in vivo.

Como por ejemplo los campos morfogenéticos descritos por Sheldrake, que son zonas de influencia, campos organizativos que contienen un tipo de memoria inherente pero que son imperceptibles o no mensurables, de momento.

Nadie ha visto cómo se comporta un microbio, y menos aún un virus, dentro de un cuerpo humano. O si se ha visto puntualmente con alguna exploración invasiva, ya está afectando al resultado, por el hecho de lo que supone como reacción del cuerpo, la defensa a esta intromisión artificial.

Por tanto, nadie ha visto, usando las técnicas médicas materiales, como se comporta un cuerpo humano en condiciones de normalidad, equilibrio y salud. Ni cómo se comportan los microbios que forman parte de nosotros. O los virus, que son parte de nuestros mecanismos genéticos naturales de información.

Porqué el microbio se comportará dependiendo de esas condiciones, desde las más materiales hasta las más sutiles. Alimentación, hábitat, higiene; psicoemocionales, miedos, rencores, fobias; cargas familiares ancestrales; programación familiar y cultural; nivel de frecuencia vibratoria y conciencia del individuo; realización de su ser espiritual.

Y todo esto, los artificios de laboratorio, los fríos números estadísticos y la mirada puramente mecanicista y de la evidencia, no lo pueden procesar, porque lo desconocen y no le confieren ningún valor para el resultado.

Lo cual nos lleva a la lógica conclusión de que las afirmaciones de esta falsa ciencia son totalmente vacías de contenido, de fundamento, tienen una base débil y por eso muestran un fracaso de esa falsa ciencia.

Cómo aquel hombre falto de autoconfianza y con sentimiento de inseguridad que pretende disimular mostrándose prepotente y controlador para protegerse y que los demás no sepan su verdadero sentimiento interno de pequeñez y cobardía. Así es esta falsa ciencia, que todavía está en manos de estos seres que se saben derrotados y despliegan todas sus armas para defenderse hasta el final.

La verdadera ciencia, si es que podemos atribuir este concepto a la salud humana, observa primero al ser humano con todas sus condiciones, incluidas las intangibles.

Observa, pregunta, escucha, valora, con tiempo y paciencia, basándose en diferentes individuos “vivos” para poder sugerir alguna conclusión o hipótesis. Y tal vez solo como curiosidad se apoyaría en algún examen complementario, análisis o pruebas, o en números estadísticos, por si esto aporta algún dato de interés, pero siempre secundariamente.

En toda mi trayectoria profesional ejerciendo la medicina con mirada holística, se puede contar con los dedos de una mano, las veces que he recurrido a solicitar exámenes complementarios y generalmente por demanda del paciente y para su tranquilidad, no tanto la mía.

Y es que atender la salud del ser humano, lo que conocemos como medicina, no es solo una ciencia, también un arte. Y el arte-ciencia médico necesita de la unión y conexión de ambos hemisferios cerebrales, o lo que es lo mismo, de la integración de las capacidades lógicas, el raciocinio con las intuitivas y creativas.

Por eso los artificios sean virtuales o tecnológicos no podrán nunca superar al ser humano consciente.

Y ante esta minusvalía que en el fondo sabe que tiene la falsa ciencia, la secuestrada, pretende invadir el altar del conocimiento genuino, instaurando el dogma actual, el único que ha superado todos los otros dogmas, todas las religiones, la religión mundial, que pretende ser, la fracasada falsa ciencia.

Pero tiene los días contados, y lo sabe.

Agradecimiento a Patrick Quanten que me ha inspirado este texto al leer su artículo "La Historia de las enfermedades infecciosas". Y también a esos que siempre me apremian desde dentro o arriba, no sé, dictándome los guiones de lo que tengo que decir.

 

 

5 comentaris:

  1. Brava Lua. Un placer leerte y por supuesto, estoy de acuerdo contigo.

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  2. Gràcies Lua. Excel•lent exposició.

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  3. Saludos Lua desde madrid. He visto y leído por encima vuestras interesantísimas tesis sobre la teoría de la infección y su falsedad. Me resulta muy chocante supongo que como a mucha gente, pero me cuadra que desde Pasteur se tendiera hacia esta teoría falsa porque justifica toda el auge de la industria médica con sus vacunas, tecnología y medicamentos. Hice alguna pregunta en el otro blog pero no la habŕeis visto. Por eso te pregunto por aquí algunas cuestiones que surgen y que seguro podrían hacer los defensores de la teoría. Mi posición es en principio neutral pero recelosa de la versión oficial y a la vez receptiva al aprendizaje sin dogmas. Estas son las preguntas: ¿cuál sería la causa real de las enfermedades históricas atribuidas a virus o bacterias y que causaron pandemias como por ej. la peste negra, la viruela en América que supuestamente llevaron los españoles, o la tuberculosis en tiempos antiguos? Segunda: Según otros biólogos afines a esta teoría vuestra los virus o bacterias que han sido manipulados podrían volverse patógenos ¿qué opináis de esto vosotros? Y última: si la teoría de la infección es falsa y los virus y bacterias no provocan enfermedades, entonces las vacunas directamente son inútiles, pero también por esta regla de tres esto mismo se podría aplicar a los antibióticos, ¿no es así? ¿No estarían antibióticos y vacunas en el mismo nivel? Saludos y gracias.

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    1. Hola Errante, gracias por comentar. Tus preguntas requieren largas explicaciones, sobre todo la de las pestes, un tema que estoy estudiando ahora para tener respuestas, pero re diré solo que de entrada no nos hemos de creer todo lo que nos hab explicado y que parece que esos cuadros de enfermedad y muertes de muchas personas, por sus carcteristicas parecen mas envenenamientos masivos que otra cosa. Los virus manipulados de la única manera que entiendo pueden dañar es introducidos a traves de vacunas, no de otra manera. Los antibioticos y vacunas por supuesto no tienen ningún sentido.

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